viernes, 28 de agosto de 2009

Kowloon

En el imaginario colectivo occidental Hong Kong es una ciudad absolutamente trepidante, un cruce de caminos que más bien parece un choque de trenes entre Oriente y Occidente; el Manhattan del Sureste asiático. El estatus colonial de la ciudad durante casi todo el siglo XX propició un irresistible desarrollo económico que la llevó a ser una potencia económica de primera fila. Aún en la actualidad, y pese a pertenecer a China, es uno de los lugares donde existe mayor libertad económica. Hong Kong, con su mestizaje a machetazos y sus pelis de artes marciales se ganó la fama de poseer una idiosincrasia rayana en la anarquía, fama que, en muchos casos, está más que merecida.

Pero si hubo un lugar de Hong Kong donde la anarquía era una forma de vida, ese fue la Ciudad Amurallada de Kowloon. Oficialmente se trataba de un enclave chino en territorio británico, en realidad era una isla de cemento sacada de una distopía de pesadilla, un mamotreto laberíntico donde la densidad de población era la más alta de la Tierra, una especie de mundo aparte donde las reglas, todas, eran otras. Más de trescientos edificios se apiñaban en una superficie de dos hectáreas y media (camposdefútbol en el sistema de medidas televisivo), y allí se apelotonaban burdeles, fumaderos de opio, clínicas ilegales y restaurantes de carne de perro mezclados con iglesias y colegios. Miles de personas nacían, crecían y vivían allí sus vidas, en opresivos y oscuros callejones que todavía desafían la imaginación.

Toda historia tiene su origen, y el de ésta se remonta a mediados del siglo XIX. Gran Bretaña se anexó la Isla de Hong Kong (una pequeña parte de lo que después sería la colonia) en 1842, merced al Tratado de Nankín o Nanjing, que puso fin a la primera Guerra del Opio. En aquel tratado las autoridades chinas se reservaron un pequeño trozo de terreno en la península de Kowloon, con el objetivo de poder vigilar de cerca las actividades británicas, aunque sin interferir en ellas. Dicho terreno correspondía al de una pequeña fortaleza establecida varios siglos antes para vigilar la costa y limpiarla de piratas, conocida como la Ciudad Amurallada de Kowloon (Kowloon Walled City, en inglés). Los británicos, siempre fieles a la palabra dada, tardaron como un año en arrepentirse del trato y procedieron a atacar el enclave chino, que encontraron desierto tras las murallas. Sin embargo, el tratado de Nankín no fue modificado ni corregido posteriormente, por lo que, de manera oficial, ese pequeño trozo de tierra continuó bajo soberanía china.

En 1898 China y Gran Bretaña llegan a un acuerdo según el cual los primeros cedían a los segundos la soberanía de la isla de Hong Kong y varios territorios nuevos (conocidos, en uno de esos alardes de originalidad que nos depara la Historia, como Nuevos Territorios), excluyendo expresamente la ciudad amurallada, que por entonces contaba con 700 habitantes. El peculiar estatus del enclave permitió que, rodeados y a la vez protegidos por el territorio colonial, los habitantes de la ciudad amurallada apenas se enteraran de la caída de la dinastía Qing y el establecimiento de la República de China a principios de la década de 1910. De lo que si se enteraron, y bastante, fue de la ocupación japonesa de Hong Kong. Las murallas que le daban su nombre al enclave fueron demolidas y los escombros usados para construir un aeródromo (posteriormente se convertiría en el aeropuerto de Kai Tek) y la población evacuada. Cuando Japón se rindió en 1945, de la ciudad no quedaba prácticamente nada.

Con posterioridad al final de la II Guerra Mundial, cientos de sin techo se dirigieron al enclave chino. La policía de Hong Kong no tenía derecho a entrar en él, y las autoridades chinas estaban demasiado ocupadas en librar una guerra civil como para darse por enterados. Incluso después de la fundación de la China Popular en 1949 el enclave permaneció ajeno a cualquier tipo de control. Varios miles de personas se refugiaron en la ciudad para escapar de las autoridades chinas, de hecho. Las tríadas y, en general, el sindicato del crimen, se fueron haciendo con el control de la ciudad y de las innumerables actividades ilegales que allí se desarrollaban. El crecimiento descontrolado empezó entonces, pero se agudizaría tras las sucesivas redadas de la policía china en el enclave, que acabaron con el dominio de las mafias locales.

A partir de principios de los setenta se produjo el boom de Kowloon. Sin el yugo de la mafia y carentes de cualquier tipo de control estatal, los edificios empezaron a brotar como setas. Unos encima de otros, invadiendo las calles, acaparando todo el espacio disponible. Cientos de modificaciones, ampliaciones y nuevas construcciones realizadas sin control, planos o la supervisión de alguien que hubiera pisado la facultad de arquitectura. El resultado fue un laberinto enloquecedor, sacado directamente de una película futurista. A las calles, de un metro de ancho en su inmensa mayoría, rara vez llegaba la luz del sol, por lo que se iluminaban durante las veinticuatro horas con fluorescentes. Esto fue lo que le hizo ganarse el sobrenombre de City of darkness (La ciudad de la oscuridad). En realidad, los callejones solían estar vacíos porque los kowloonenses se movían a través de la ciudad mediante pasajes y pasadizos que conectaban los edificios a partir de la cuarta o quinta planta.

En la ciudad amurallada de Kowloon la ley era la que establecían sus habitantes. China se desentendió del enclave y Hong Kong se limitó a indicar que hicieran el favor de no construir más allá del piso quince, que el aeropuerto estaba muy cerca y no era plan. Las autoridades coloniales también facilitaban agua y electricidad al enclave, así como el reparto del correo, que tenía que ser de lo más entretenido. En la ciudad, carente de ley escrita tanto como de luz, de la vigilancia se encargaban sus propios habitantes, que no dejaban entrar a nadie que no tiuviera una buena razón para ir. Numerosos dentistas sin licencia operaban dentro de los muros de Kowloon, dando servicio también al resto de Hong Kong. Miles de inmigrantes ilegales se encerraron en la ciudad, donde estaban a salvo de la extradición, ya fuera por parte de las autoridades chinas o británicas. A finales de los ochenta la ciudad contaba con cincuenta mil habitantes. Teniendo en cuenta su superficie (26.000 metros cuadrados, o 0.026 kilómetros cuadrados), resultó que la ciudad amurallada se había convertido en el asentamiento humano con mayor densidad de población en toda la historia de la humanidad, con casi dos millones de habitantes por kilómetro cuadrado.

En un momento dado la actividad criminal y el tráfico de drogas fueron demasiado para los gobiernos chino y británico (aunque según algunas crónicas la criminalidad en Kowloon era menor que en el resto de Hong Kong). A mediados de los ochenta ambos países acordaron la devolución de la colonia a soberanía china en 1997, lo que permitió a las autoridades locales llegar a un acuerdo con Pekín para solucionar el espinoso asunto del enclave. En 1987 se anunció la inminente demolición de la ciudad, y la construcción en su lugar de un parque. Era algo que tenía que suceder tarde o temprano, pero los habitantes del enclave no se lo tomaron demasiado bien. La evacuación se prolongó durante cuatro años, de 1988 a 1992, que fue lo que tardaron las autoridades en conseguir echar a todos los vecinos reacios a marcharse. El gobierno de Hong Kong se gastó unos 3.000 millones de dólares locales (al cambio actual, unos 300 millones de € o 400 millones de dólares americanos, más o menos) en indemnizar a los propietarios de las miles de viviendas de la ciudad. Algunos adictos a la heroína, traficantes de drogas y demás gentes de mal vivir resistieron hasta el último día. En 1993 comenzó la demolición, que concluyó a mediados de 1994.
En 1995 el gobernador británico inauguró un parque que llevaba el nombre de la ciudad. Una isla verde en el lugar donde antes se levantaba la horrenda y anárquica mastaba de cemento. Varios monumentos recuerdan lo que fue la Ciudad Amurallada de Kowloon a lo largo de los siglos, entre ellos algunos restos de la muralla original que sobrevivieron a décadas de construcción descontrolada. Pero de la ciudad, una vez más, no queda nada. Sin duda alguna es mejor así, pero para el recuerdo queda uno de los escasos lugares donde el desgobierno fue la única forma de gobierno.

Para saber más:

En el interín de la demolición, desde que se comenzó a evacuar la ciudad hasta que se inició el derribo, se rodaron un par de pelis (de Van Damme y Jackie Chan, sólo aptas para cinéfilos) en el lugar. Aquí debajo podéis ver una escena de la de Van Damme (Bloodsport) rodada all. El chino que habla básicamente cuenta la historia del enclave.

martes, 25 de agosto de 2009

Cataluña y Aragón, incompatibles en Sanidad.

Hartazgo por lo que es una utilización interesada de los pacientes aragoneses atendidos en Cataluña para modificar la dotación presupuestaria que recibe la Generalitat por la atención sanitaria.

El hospital de referencia de los riojanos es el Miguel Servet de Zaragoza, sin que el Ejecutivo aragonés reclame ni un solo euro al Gobierno riojano. La ley, además, lo impide expresamente. Es el fondo de cohesión regulado por el Estado el que anualmente abona las diferencias a las comunidades autónomas.

Aragón tiene convenios sanitarios con Cataluña, Navarra, La Rioja y Castilla y León, garantías efectivas de sistemas sanitarios que están inpirados en los principios de solidaridad, igualdad, universalidad, equidad y calidad, pero...

22/1/2009

La Generalitat de Cataluña reclama una deuda de 10 millones de euros por la atención sanitaria prestada a ciudadanos aragoneses.

La Generalitat tripartita, con su habitual falta de educación y del sentido de la oportunidad, un asunto que debiera haberse negociado y zanjado con criterios de normalidad y solidaridad entre territorios ha saltado a los medios envuelto en un indeseable tufo a contencioso.

Las tensas relaciones políticas que mantienen desde hace tres años los Ejecutivos autonómicos de Aragón y Cataluña quedaron ayer todavía más patentes después de que trascendiera que la Generalitat ha emitido una circular en la que la Consejería de Salud de la Generalitat indica a los médicos de Lérida que no envíen enfermos muy graves de Aragón a Barcelona a la vez que reclama una deuda de 10 millones de euros por la atención sanitaria prestada a ciudadanos aragoneses.

Si esto prospera, a la familia de Durán i Lleida, de Alcampell, comarca de la Litera, deberán atenderla en Zaragoza o en Huesca (a más de cien kilómetros del pueblo) y no en Lérida (a unos cuarenta, aproximadamente).

Mal desafío en un momento en el que la tensión entre ambas comunidades es máxima y tras una ruptura institucional por parte de Aragón hace ahora casi tres años a raíz del conflicto del arte sacro. Quedaron exentas de esa ruptura los convenios comunes y recíprocos que afectaban al ciudadano, como el convenio sanitario, de extinción de incendios o de protección civil.

Se interpreta que la Generalitat (que quiere cambiar el Fondo de Cohesión Interterritorial en el modelo de financiación autonómica presentado por Solbes) podría estar empleando como arma arrojadiza el convenio sanitario con Aragón. Algunas fuentes apuntaron que la consejera Geli (del PSC) ha estado en Madrid para negociar modificaciones de este fondo para que beneficien a Cataluña. Los problemas de financiación sanitaria no deben implicar hacer pagar a los ciudadanos el déficit, ya que un servicio como este debe estar "muy por encima de los balances económicos interterritoriales".

El convenio de atención sanitaria firmado entre Aragón y Cataluña incluye 45 municipios aragoneses y 37 catalanes.

Hasta ahora, el hospital Arnau de Vilanova acogía más pacientes aragoneses de los que absorbía el Sistema Aragonés de Salud, algo que también prevé el convenio. Esta circunstancia cambiará en unos meses cuando empiece a funcionar el Centro de Alta Resolución de Fraga, que permitirá atender a muchos ciudadanos de uno y otro lado de la frontera para determinadas consultas de especialidades y diagnóstico.

Si el catalanismo deviene en una ideologia mezquina y miope que sólo sabe contemplar sus heridas, incapaz de considerar la necesidad de hacer amigos y buscar aliados, acabará en el fuego de la frustración, cociéndose en su propia salsa.

Antoni Puigverd (escritor y poeta español en lengua catalana).

23/1/2009

La Generalitat insiste en reclamar el gasto de los pacientes de Aragón.

En Aragón, los partidos políticos consideraron la decisión de la Generalitat de inaceptable, disparate, preocupante y muy grave.

Mediante un comunicado conjunto del Gobierno de Aragón con la Generalitat de Cataluña, la consejera catalana de Salud quiso suavizar sus declaraciones acerca de los 10 millones de euros que considera que adeuda anualmente el Gobierno de Aragón, un comunicado en el que aseguran que "mantienen en todos sus términos" el acuerdo marco de colaboración para la asistencia sanitaria de la población residente en sus comarcas limítrofes, firmado en abril de 2005.

Ambos departamentos recuerdan, asimismo, que el citado acuerdo marco "no establece sistema alguno de compensación económica entre ambas comunidades por los servicios prestados". Sin embargo, desde la consejería catalana se insistió ayer en que se están buscando fórmulas de cobro.

El gasto sanitario de esas personas no está incluido en las previsiones económicas de la Generalitat. La circular de Salut indica simplemente que Aragón no arrastra "ninguna deuda económica" con Cataluña. Pero lo cierto es que desde el pasado octubre la Generalitat da instrucciones a sus médicos de Lérida para que cada vez que algún paciente aragonés precise una intervención compleja, dejen de remitirlo a los hospitales de Vall d´Hebron o Bellvitge, en Barcelona, y lo deriven a hospitales de Zaragoza.

Aragón no adeuda nada a la Generalitat aunque, simultáneamente, sus técnicos siguieron buscando cómo modificar una situación que, desde el Govern, se considera exagerada e injusta. La opción de cobrar a través del Fondo de Cohesión Interterritorial ha sido descartada hasta ahora por la Generalitat, este fondo se creó para cubrir la asistencia excepcional que ofrecen en exclusiva determinadas comunidades.

Tras tres décadas de autonomía, del anhelado autogobierno, gestionando los recursos propios y los servicios, después de todo eso, la mayoría de los ciudadanos que viven en Cataluña no son conscientes de que, si las cosas están peor allí que en el resto de España, algo tendrán que ver las políticas que se han aplicado hasta ahora y los partidos que las representan.

miércoles, 12 de agosto de 2009

Tierra de Nadie.

El término tierra de nadie, o Terra Nullius, suele usarse para designar un territorio no reclamado por nadie o sobre cuya propiedad no existe ningún tipo de reclamación. A nivel internacional, Terra Nullius es aquel territorio no reclamado por ningún estado, o sobre el que ningún país o ente tiene soberanía alguna. El concepto fue usado durante la colonización con total alegría para considerar cualquier tierra en la que vivieran aborígenes como no ocupada, y así poder repartirla legalmente entre los colonos. En la actualidad, el caso más evidente es la Antártida. Todo pedazo de tierra que sobresalga del mar al sur del paralelo 60 es, por definición, tierra de nadie, merced al Tratado Antártico, que congela las reclamaciones de soberanía en el territorio polar.

Además de ese inmenso pedazo de hielo, sólo existe un lugar en todo el planeta Tierra que actualmente se pueda calificar de tierra de nadie. Se trata de Bir Tawil, un pequeño triángulo de desierto entre Sudán y Egipto que ninguno de los dos reclama. De hecho, ambos países lo reconocen oficialmente como territorio del país vecino. Ningún otro país tiene acceso al territorio. No es de nadie. Si siempre quisiste ser David Livingstone, esta es tu oportunidad. Bienvenido al siglo XIX.

Como suele ocurrir en estos casos, la cosa viene de lejos. De la época colonial, para más señas. Entre 1899 y 1956 el actual territorio sudanés fue gobernado al alimón entre ingleses y egipcios mediante un condominio, en lo que se llamó el Sudán Anglo-Egipcio. Según ese acuerdo el Reino Unido figuraba como “asesor” de Egipto en el gobierno de Sudán, pero la realidad era que Sudán era poco menos que una colonia británica. El acuerdo firmado por ambos países en enero de 1899 situaba la frontera entre Sudán y Egipto en el paralelo 22 Norte, desde la frontera común con Libia hasta el Mar Rojo, una línea recta de más de mil kilómetros a lo largo del desierto. Unos años más tarde, en 1902, Egipto, a instancias del Reino Unido, cedió a Sudán la administración de veinte mil kilómetros cuadrados de territorio situado al norte del paralelo 22 al este de la demarcación fronteriza; se tratabael conocido como Triángulo de Hala’ib. La cesión se produce porque las tribus nómadas que usaban los pozos del triángulo estaban basadas en Sudán. Se creó así una “frontera administrativa” o frontera de facto entre Egipto y su condominio.

La cesión del territorio también contempló la atribución a Egipto de un pequeño territorio de poco más de dos mil km² al sur del paralelo 22; Bir Tawil, un pedazo de desierto sin mayor interés que un pozo de agua fresca. Se trataba del único terreno egipcio al sur de la frontera de 1899. En 1956 Sudán alcanza la independencia, controlando el Triángulo de Hala’ib. Egipto reclamó desde el inicio el retorno a la frontera de 1899. De hecho, en 1958, Nasser envió tropas a ocupar el triángulo, aunque las retiró rápidamente. La reclamación egipcia permaneció latente hasta finales del siglo pasado. En 1992 el gobierno sudanés concedió los derechos de exploración y explotación de las aguas territoriales del Triángulo a una compañía canadiense, lo que motivó airadas protestas de Egipto. Para no meterse en líos, los canadienses abandonaron la zona hasta que la soberanía estuviera clara. Ocho años después Sudán retiró sus tropas del territorio, cediéndole el control efectivo (que no la soberanía) a Egipto.

Pero hete aquí que en 2004 se descubrió petróleo en Hala’ib. Ante la posibilidad de sacar partido el gobierno de Sudán reclamó inmediatamente la soberanía del lugar. Y esa es la razón por la que Bir Tawil es tierra de nadie. Los dos estados reclaman el Triángulo de Hala’ib, y, por lo tanto, ninguno de los dos reclama Bir Tawil. Reconocer la propia soberanía sobre el pequeño territorio implicaría necesariamente reconocer la del vecino sobre el triángulo. El pequeño territorio está deshabitado, y no existe ningún tipo de indicador fronterizo. De haberlo, probablemente uno y otro país indicarían “¡No es mío, no es mío!“. Si alguien tiene ganas de montar su propia micronación, al estilo de Hutt River o Sealand, ahí tiene su gran oportunidad. Que no se diga.

martes, 11 de agosto de 2009

Corona de Aragón, y no Catalano-aragonesa

CORONA DE ARAGÓN Y EL ARCHIVO


EN LA HISTORIOGRAFIA CATALANA SE HA EXTENDIDO LA DENOMINACIÓN DE CONFEDERACIÓN O CORONA CATALANO-ARAGONESA, UNA DENOMINACIÓN NO PRESENTE HISTÓRICAMENTE. 

Ahora resulta que existió un imperio catalán que hasta hace cuatro días pasó inexplicablemente inadvertido a los historiadores.

Corona de Aragón: fue el conjunto de reinos, ducados, marquesados, condados y señoríos que permanecerán unidos dinásticamente en la figura del rey aragonés que, desde 1162, lo será también de la casa condal barcelonesa. Su existencia institucional durará, tras distintas vicisitudes, hasta comienzos del s. XVIII, aunque el cénit lo alcanzará en las centurias bajomedievales. 

Aragon, Catalonia, the Balearic Islands and Valencia were part of the same state-kingdom under the Crown of Aragon before the Spanish unification.

El rey Ramiro II de Aragón (1134-1137), quedaba como rey, dueño y padre en el reino y en el condado de Barcelona de Ramón Berenguer IV entregandole a este a su hija en matrimonio y aportando integramente el reino (pero no la dignidad real), pasando Berenguer a ser súbdito y vasallo del primero. Pero el Conde, además, aceptaba al monarca aragonés no sólo como a suegro, sino como a padre y, en consecuencia, se incorporaba a un linaje superior, pero renunciando al suyo, no titulándose más que princeps junto a su esposa regina, sin recibir nunca el título de rey pero sí con capacidad de ejercer la potestas regia, se hizo cargo del gobierno a la espera de que Petronila (titular vitalicia de los derechos) alcanzase la edad para consumarse el matrimonio. El hijo de ambos, bautizado con el nombre dinástico aragonés de Alfonso II (1162-1196), tutelado por su madre, se convierte en el primer rey de Aragón y conde de Barcelona.



Por conquistas de nuevos territorios, incluiría: los reinos de Mallorca y Valencia (Jaime I, 1213-1276). Sicilia (Pedro III, 1276-1285). Rosellón y Cerdeña (Jaime II, 1291-1327). Nápoles (Alfonso V, 1416-1458) asi como el efímero ducado de Atenas y Neopatria (Pedro IV, 1336-1387). 


Existió una corona aragonesa que constituyó el imperio más extenso del Occidente medieval, donde, bajo su nombre y sus barras, Aragón, Cataluña y Valencia compartieron aventuras, comercio, guerras e historia, enriquecieron sangres y lenguas con el latín, el catalán y el castellano, cartografiaron el mundo, construyeron naves, pasearon mercenarios almogávares y dominaron territorios que luego aportaron a lo que ahora llamamos España, con la manifestación de los fueros y libertades propios en aquella fórmula tremenda, maravillosa y solemne: el «si non, non» heredado de los antiguos godos, mediante el cual los nobles aragoneses -«que somos tanto como vos, y juntos más que vos»-, acataban la autoridad del rey de tú a tú, reconociéndolo sólo como «el principal entre los iguales». Semejante juramento pertenece a los antiguos Fueros de Sobrarbe, de los que hoy podemos leer un fragmento en el monumento al Justicia de Aragón ubicado en la plaza de Aragón, en Zaragoza.

Quienes están enterrados en el Monasterio catalán de Poblet, le pese a quien le pese, son los Reyes de la Corona de Aragón.


ARCHIVO CORONA DE ARAGÓN

Cataluña alberga el Archivo de la Corona de Aragón donde se ponen grandes pegas a los investigadores aragoneses para cualquier consulta. 

Pocos archivos tienen una importancia y un valor tan destacado como el que constituyó el Reino de Aragón y sus comunidades aliadas durante la Edad Media.

El Archivo de la Corona de Aragón es un complejo fondo documental que recoge todas las anotaciones y textos de la unidad política que durante la Edad Media se organizó y llegó a ser una de las potencias más importantes del mundo, origen de los estados modernos hasta que la dinastía borbónica arrasó y borró de un plumazo la idiosincrasia política y jurídica de la Corona de Aragón en 1714.

Está considerado el archivo medieval más importante del mundo junto al del vaticano y el de Indias. 

Intentos catalanes de apropiarse el archivo: 
El recurso contra el Estatut continúa adelante pese a la creación del ente.

4-11-2006. La constitución del Archivo de la Corona de Aragón no supondrá la retirada del recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Cataluña presentado por el Gobierno de Aragón, Baleares y Valencia por entender que éste pretende apropiarse de parte de los fondos comunes del Archivo.

El recurso presentado ante el Tribunal Constitucional continuará su trámite y no será retirado, ya que son cuestiones distintas. Una es la constitución necesaria del Patronato y otra distinta es la atribución que se arrogue una ley orgánica como la del Estatut y que pueda vulnerar preceptos recogidos por la Constitución y el Estatuto aragonés.

La Generalitat pone trabas ahora al Patronato del Archivo de la Corona.

8-2-2007. El departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña dice que no habrá reuniones hasta que no tengan los documentos que se atribuyen. El Gobierno catalán olvida que es el ministerio quien convoca este órgano recién constituido. El resto de los miembros del patronato son partidarios de dejar al margen estos estudios técnicos y convocar la reunión.

El constitucional deja gestionar el archivo de la Corona de Aragón a Cataluña.

La integración del Archivo de la Corona de Aragón en el Sistema de Archivos de Cataluña, un precepto del Estatut con un recurso de inconstitucionalidad presentado por los otros tres gobiernos autonómicos que integran el patronato que lo gestiona, (Aragón, Valencia, Baleares), continúa vigente.

Este pleito, como el del conflicto de competencias por la recompra de los bienes de Sijena, es uno de los aplazados hasta que el Constitucional resuelva los recursos contra el Estatut.

Perjuicios irreparables o de difícil reparación que se producirán en la gestión, administración y protección de los mencionados archivos o sus documentos, por la vigencia de los preceptos legales impugnados durante el tiempo que dura el proceso.

11/02/2009

El ministro de Cultura explicó ayer que si no convocó al Patronato del Archivo de la Corona de Aragón el año pasado es, entre otras cosas, porque espera una sentencia sobre el Estatut, que defiende la titularidad catalana de una parte del archivo.

Si el Ejecutivo no ha reunido al Patronato es porque se ha plegado a los intereses catalanes sobre unos "presuntos fondos propios" del Archivo Real.

Se trata de documentos que eran "privativos" del Rey y que no eran posesión de ningún territorio.

Por suerte no todos los archivos han caído en manos de quien yo me sé, (tiemblo al pensar qué será de ellos), y aún quedan documentos donde comprobar lo evidente.

ARTURO PÉREZ-REVERTE. 25-6-2000.

El Parlamento Catalán solicitó al Gobierno Central, en mayo de 1996, la gestión exclusiva por parte de la Generalitat.
Ibercaja comenzó en 1996 el traslado a microfilms y a soportes informáticos del Archivo de la Corona de Aragón, con la intención de crear un centro documental en Zaragoza; para ello cuenta con la colaboración de la Universidad de Zaragoza y de la Institución Fernando el Católico.