sábado, 22 de mayo de 2010

Mil dudas

¿Por qué? No lo se.

Mil dudas ya pretenden resolverse sin saber,
mil dudas que me amargan sin contestar ni un porqué,
mil dudas que quizás no sepa nunca responder,
mil dudas que hacen que no vea lo que quiero conocer. 
¿Y por qué? No lo sé.

No es algo que no haya sufrido nunca jamás,
no es algo que no sepa que puede empeorar,
no es algo que comprenda ni vaya a contemplar,
no es algo que explique pues no se como empezar.

¿Por qué? Pues no lo sé.

Quizás sea porque no entienda por qué puede suceder,
quizás sepa que todo esto mucha desesperación es,
quizás sepa que es algo extraño y difícil de entender,
quizás, sólo quizás, me obliga a pensar el por qué.

¿Y por qué? No lo sé.
¿Podré decirlo alguna vez?

Otro relato inédito. Algo que me gusta mucho de este: Imaginación libre. Yo en ningún momento digo cuales son las dudas que me atormentan; así que cada uno que piense como quiera. Puede ser un relato muy sentimental (como espero que sea) o uno algo humorístico para las mentes más pervertidas, que por mala suerte algunas conozco.

¿Qué os parece? ¿Qué opinais?

miércoles, 19 de mayo de 2010

La Espera

Después de la historia, haré algunos comentarios más personales, pero primero pegaré una historia que tenia guardada, inédita en la red (en unos días la subiré a deviantArt). Que la disfrutéis, y espero vuestros consejos ;)

La Espera
 
Un tranquilo tic-tac.
Daban las once en aquel reloj de madera. En aquella vieja biblioteca, libros de gran fama compartían estante con viejos proyectos científicos y novelas de suspense. Varios metros de largo medía la habitación, cubiertas sus paredes por gigantescas estanterías que llegaban hasta el techo, de textos a rebosar. En el centro de la estancia, una mesa de estudio con una lámpara que podría pasar como una reliquia del siglo XII, del XI tal vez. Encima de la puerta, de un tamaño colosal, descansaba el reloj con su péndulo dorado. Desde la esfera no dejaba de sonar.
Un sonoro tic-tac.
Tras dar varias vueltas a la habitación, cerró la puerta de un portazo, y se sentó en su silla acolchada. Apoyó los codos en la mesa y dejó caer su cabeza. No se quedó ni un minuto en esa posición cuando se levantó furioso de la mesa y fue a las estanterías nervioso, buscando algo que le faltaba, algo que creía necesario.
Un inmenso tic-tac.
Revisó cada palmo de aquella estantería, aun conociendo todos los libros que se encontraban en ella. Buscó su deseo, volcó sus esperanzas en encontrarlo entre aquellos lomos, sin conseguirlo. Volvió a enfadarse, y a golpear la librería con todas sus fuerzas.
Un aturdido tic-tac.
La puerta empezó a rechinar, y tras ella salieron dos sombras; una alta y flaca, vestido de metal; la otra rechoncha con traje de campesino medieval. El primero entró con una larga lanza, y empezó a rebuscar un libro entre los miles existentes, gritando “de caballerías, de caballerías” mientras el campesino le pedía que volviera a la cordura y que fuera de nuevo a la cama; que no era ningún caballero.
Y mientras todo esto sucedía, un largo tic-tac.
Entraron dos hombres con espada en mano, y empezaron a combatir en mitad de la sala. Cada uno iba inventándose unos versos en contra del otro. “Érase un hombre a una nariz pegado”, llegó a escuchar uno de los dos decirle a su contrincante.
Y con todo el jaleo, un tímido tic-tac.
Avanzaron por la sala dos hermanos dejando a su paso unas migas de pan, mientras unos pájaros iban comiéndose esas pequeñas migas de pan. Ambos iban aturdidos, mirando a su alrededor de forma extraña, como si no supieran por donde pasaban.
Y les avisó un melódico tic-tac.
Cayó en la habitación un hombre, herido; y entró otro acto seguido pistola en mano. Con media sonrisa en su cara y media tristeza, salió de la sala por la ventana despidiéndose de Sevilla, alejándose en barco en la corriente mientras los mangas verdes entraban a detenerlo.
Y tras esto sonó un trágico tic-tac.
De repente, levantó la mirada. Una chica le despertó de su sueño en aquella mesa, en el que su única almohada era un viejo libro de historia, ya polvoriento. Darían las 4 en aquel reloj de encima de la puerta.
“¿Me has esperado mucho tiempo?” Preguntó la chica. “No, tranquila… no llevaré más de diez minutos… He estado entretenido” le contestó.
Y de fondo, guiñó el ojo a un satisfecho tic-tac.
 
¿Qué os pareció? Quiero saberlo en serio; para saber que mejorar y que no ;)

Con éste relato, mi proyecto de libro se amplia a las considerables 56 páginas con 25 relatos. Algún día se publicará, espero...

Algo que escribí en mi anterior relato (que publicaré en unos días); y que se repite desde otro punto de vista en este, es el tiempo. Es algo extraño que cuesta comprender, porqué algunos días parecen tan largos y otros son insufriblemente cortos, porqué parece que un año será muy lento y el día de las campanadas dices que ha pasado todo tan rápido. Por qué 5 minutos pueden parecer 50; y por qué 50 pueden parecer tan sólo 5. ¿Qué es exactamente el tiempo? Seguramente salga en más relatos aparte de estos dos, no podré evitar ponerlos...

 Hoy ha sido un día como los demás. Largo, cansado, esperando que todo pase y acaben los exámenes y llegue esa sagrada estación dorada... Aunque luego me arrepentiré por el calor, como todo... Pero la ilusión ahí está, como un niño y su piruleta. Mmmmh... Piruleta...

lunes, 17 de mayo de 2010

¿Hola? ¿Hay alguien ahí?

¿Hay alguien ahí? ¿Aún? Buff, mira si sois pacientes... ¿No ha cambiado esto mucho desde la última vez?

Bueno, creo que va siendo hora de tener un diario propio. Esta vez espero tomarme el serio el tener este blog como un blog PERSONAL. Publicaré de lo que quiera hablar y puede que tambien publique por aquí mis relatos, que algunos quereis leerlos y dA no trae un RSS decente ni nada por el estilo.

Espero que os pongais cómodos, porque esto marcha ;)