jueves, 20 de enero de 2011

Mi supervivencia

- Eres gilipollas.
- ¡Auch! ¿Por qué me pegas?
- Porque sí. Porque eres un gilipollas, un estúpido hipócrita engreido y egocéntrico. Porque solo piensas en ti mismo.
- Mentira. Y tu lo sabes.
- No, yo no lo sé. Yo solo veo lo que ocurre. Eres un gilipollas.
- No soy un engreído.
- No, no lo eres.
- ¡No soy un engreído!
- Si lo eres. Sólo necesito ver lo que haces. Huyes de lo que te pasa. Te ocultas en sueños absurdos en los que tu eres protagonista de tus aventuras. Te ideas mil y un proyectos donde hacer de todo, y no los haces. Quieres ser protagonista de la historia. Quieres ser omnipresente y enterarte de todo. ¿Para qué? Para nada.
- ¡Cállate! ¡Es falso!
- ¿Y que es lo peor? Que no te das cuenta de ello. Que no eres consciente. Que tan sólo te has enterado cuando has tenido un sueño en el que los protagonistas eran los demás, y era un sueño mil veces más interesante que cualquiera de los tuyos. Porque es cierto. ¿Porqué huyes de los demás?
- No huyo. Jamás he huido de los problemas.
- Falso. Si que huyes. Te vas y abandonas a todos los que quieres. Te encierras en un caparazón en el que echas la llave por dentro. Oculto en un mar de llantos. Te veo por las mañanas. Sé que es cierto. Sé que te callas, e intentas ir de bonachón por la vida.
- ¡Cállate!
- Oblígame a callarme. No lo vas a hacer, pues bien sabes que todo lo que he dicho es cierto.
- Si dices que eres capaz de verme por las mañanas, sabes bien lo que sufro. Déjame en paz.
- No. Que sufras no significa que aprendas.
- No voy a aprender.
- No, no lo harás. Ya lo sé.
- ¿Entonces?
- Vas a sufrir todos los dias esta tortura.
- ¡Vete! ¡Déjame solo! ¡Me lo merezco!
- No te voy a dejar solo.
- ... Sabes lo que soñe anoche, ¿verdad?
- Sí, lo sé.
- Entonces comprendes porqué estoy así.
- Soy el único capaz de comprenderte.
- Pues si me comprendes, ¿por que no me dejas tranquilo?
- Porque te pondrás una careta, sonreirás y harás como si nada hubiera pasado. Y estoy harto de que hagas eso. Siempre te ocultas detrás de tu sonrisita, si es que la sacas.
- Es la mejor solución.
- Mentirusca gorda atada a un palo. No es ninguna solución. Es lo peor que puedes hacer. Estarás rodeado de gente y, al fin y al cabo estarás solo, callado, abandonado a tu suerte.
- Ya lo sé. Y ¿Qué le haré? Ya no voy a cambiar.
- Eres gilipollas. Te odio. ¿Y sabes lo peor?
- ¿Qué?
- Que no puedo odiarte, soy tu mismo. Soy el único capaz de insultarme.
- Déjame.
- Madura. Esta es la vida real.
- Esta no es la vida real. Esta es mi cabeza.
- La cabeza de un engreído gilipollas. Si no fuera por mi habrías cometido mil errores. Y ya has cometido muchos.
- Y cometeré. ¿Qué mas da? Déjame. Yo elegiré mi rumbo.
- Y volarás por los aires y caerás de bruces al suelo. Tienes que aprender de una puta vez, chaval.
- No lo haré. No voy a cambiar. Soy el mismo de siempre, lo siento si ello te molesta. Mañana será el mismo dia que hoy.
- Con más enemigos.
- Cállate.
- No, en serio, ¿No sabes decir otras cosas? Ya te repites.
- Adios.
- Vete si quieres, y te acompañaré hasta que veas lo que ocurre. Aprende.
- ...
- Seguiré aquí por si quieres cambiar de idea.


Y tan sólo escribo lo que me tortura en mi cabeza. ¿Quien de las dos voces soy yo? Quizás sea ambas. Quizás ninguna.

Nunca aprenderé.

1 comentario:

Comenta si quieres... prometo leerlo ;)